Tlapa, Guerrero; México. 8 de octubre de 2019. Por: Antonia Ramírez. Trabajadores de limpieza del hospital general de Tlapa pararon labores por falta de pago de su salario por parte de la empresa Silimpa, es la segunda vez.
Las trabajadoras mencionaron que
llevan un mes sin que la empresa les pague dos quincenas del 20 de septiembre y
5 de octubre.
Una de las empleadas que se
identificó como Concepción Espinoza Aranda, explicó que son 10 las personas que
laboran en este hospital y cada uno le corresponde barrer, trapear, lavar los
sanitarios en diferentes áreas como urgencias, hospitalización y en la cocina.
Y qué exigen el pago de su salario
porque no es justo que tengan que mendigar el pago cada mes porque ellas ya
realizaron el trabajo.
Detalló que decidieron parar labores porque el pasado lunes hablaron con el administrador del hospital general de Tlapa y ex alcalde de Alpoyeca, Giner Mendoza Rivadeneira quien les comentó que podría hacerles un préstamo, pero cuando acudieron les dijo que siempre no, porque la empresa no respondía.
Dijo que al hospital han llegado
personas para hacer la limpieza, pero duran sólo unos días y renuncian porque
es muy pesado mantenerlo limpio, con sólo 10 trabajadores.
Los trabajadores pidieron la intervención
de las autoridades de Salud para que “presionen” a la empresa Silimpa y pueda
depositarles ayer martes y regresen a su trabajo.
Ya que solo se quedaron dos
compañeros laborando con la promesa de que les pagaran horas extras.
Los mismos trabajadores pararon
labores el pasado 28 de agosto porque la empresa les adeudaba unas quincenas de
trabajo y después de dos días de paro, les pagaron cuando vino quien e
identificó como supervisor foráneo, Daniel Cisneros Tapia prometiéndoles que regresaría para que los 10 trabajadores
firmaran su contrato y les darían uniformes, pero no cumplió.
La señora Concepción lleva 10 años
trabajando en este hospital, dice que ella solo estudió tres meses en la primaria,
pero la pobreza en que vivía con su familia no le permitió que continuara con
sus estudios.
Además de que ya la consideraban
grande porque ya tenía 10 años y estaba en primaria, recordó que su padre
siempre le decía que el estudio no era para las mujeres, porque ellas deben de
estar duro con el metate.
Así que mejor se puso a trabajar
en casas particulares haciendo labores domésticas y con lo que ganaba apoyaba a
su familia.
Ahora su padre ya falleció, pero
vive con su madre y dos hijos que dependen de su salario, por eso no ha dejado
el trabajo, aunque los pagos no sean puntales.