El festejo del carnaval en la cultura nahua de la cabecera
municipal de Xalpatláhuac se da entre el tequila, los tamales, mojigangas y el
Toro Cuetlaxtli que presentan a los principales, mayordomos, sacerdotes, al Tlayakanky
Celso Alejandro García Melgarejo y al presidente Rosendo Larios Rosas.
El festejo del ritual del Carnaval en los nahuas inició hace
ocho días con el recorrido del Toro Cuetlaxtli por cada una de las 28
mayordomías de los santos que hay en la cabecera municipal desde las pequeñas
hasta las grandes.
El domingo de Carnaval o el Ahuili en náhuatl que significa
el juego o la fiesta en que participan los pobladores previó al inició de la
Cuaresma Cristiana y el Miércoles de Ceniza sirve para que las mayordomías
acudan al ayuntamiento municipal, donde tiene su espacio el Tlayakanki, máxima
autoridad comunitaria a entregarle el presente que consiste en botellas de
tequila adornadas, cerillos, cigarros, refrescos, collares y tamales de chile
crudo o carne cruda envueltos en hojas de totomoxtli.
El corredor del ayuntamiento es el escenario del ritual de
Carnaval. Ahí acomodan las sillas y mesas donde se sientan los principales, los
mayordomos, las autoridades municipales como regidores, directores y señoras de
la junta católica, en su mayoría ancianos.
La cita es a las dos de la tarde en que llega cada mayordomo
con su comitiva y familia, llevando en ollas los tamales, cadenas de flores,
confeti y las botellas adornadas. Uno a uno es llamado por el secretario el secretario
del Tlayakanky, Luis Hernández Martínez quien listado en mano nombra el santo y
el nombre del mayordomo quien entrega la botella, cerillos, cigarros y le echa
confeti al Tlayakanky y de ahí se sigue con el resto de la gente.
El resto de mayordomos espera formado hasta que le toca su
turno y concluyen las 28 mayordomías.
Hace su entrada, en medio de la banda de viento, el Toro
Cuetlaxtli, que no es más que la representación de un toro que hacen con su
cuero, lleva unas letras del Carnaval 2019 y su nombre. Lo bailan jóvenes. Uno
lo carga y dos enfrentan sus embates de los cuernos, envolviendo sus manos con
sarapes o cobijas. Lo retan una y otra vez.
El Toro Cuetlaxtli sube a donde están los principales,
mayordomos y autoridades municipales. Se acerca para topar su cabeza con el de
la persona, sea hombre o mujer. Recibe la bendición del sacerdote Mario Campos,
después de topar con su cabeza. Se retira para seguir bailando.
Es hora de compartir lo obsequiado por las mayordomías. Se
inicia con la repartición de los tamales, platos van de mesa en mesa. Se
distingue que fueron hechos de manos diferentes: unos son de masa blanca y
morada; unos se ven más rojos al ser de chile y otros de jitomate rellenos de
carne de puerco. La ración es abundante. Va acompañado del refresco.
Tras la comida inicia la repartición de la bebida. De mano
en mano pasan los vasos llenos de tequila, los refresco para brindar por la
fiesta y el trabajo de los mayordomos de las fiestas tradicionales y de los de
las cofradías del Tercer viernes, con el Señor Santo Entierro; el Cuarto
Viernes.
Después de compartir los tamales de chile crudo o carne
cruda envueltos en hojas de totomoxtli con todos los presentes inicia el baile
al ritmo de la banda de viento, el torito y dos mojigangas que son dos hombres
disfrazados de mujeres para la fiesta y cubiertos de sus rostros con un pañuelo
sacan a bailar a las mujeres.
Poco a poco los presentes se contagian de la música de la
alegría del Ahuili y la plaza se llena. El torito baila, es su ultimo día, será
sacrificado la tarde siguiente.
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